Plaza Mayor. Ayuntamiento

La Casa de la Villa. El concejo de Graus, origen del ayuntamiento de hoy en día, se encuentra bien documentado desde finales del siglo XIII. En un principio sus reuniones, convocadas por un trompetillero, solían celebrarse en el cementerio de la parroquial de San Miguel, y en ellas se citaban los jurados y sus consejeros, versión medieval de las corporaciones modernas. Desde 1585, el ayuntamiento o casa o casas de la villa se ubica en este edificio, fruto del momento de general prosperidad vivido en Aragón durante el siglo XVI.

Fachada principal del Ayuntamiento

El ladrillo. Se convirtió en un material básico en la construcción de la época, al tiempo que servía para decorar los inmuebles más ostentosos. Durante la época franquista y hasta la rehabilitación de 2003, el ladrillo se hizo visible en toda la fachada. Hoy, como en origen, puede apreciarse en la galería de arcos de medio punto bajo el alero, del mismo modo que lo hace en muchos palacios renacentistas aragoneses.

Las características constructivas. El edificio que alberga el Ayuntamiento se define por su horizontalidad. La planta calle, antecedida por un porche con dos arcos de medio punto; la primera planta, compuesta por un balcón corrido; y la galería de arcos en la planta superior, impulsan ese carácter lineal acentuado por las franjas que dividen los pisos, y sólo interrumpido por la esbeltez de las puertas de la primera planta.

El escudo de Graus. Situado en el centro de su fachada, el escudo fue añadido en el siglo XVIII, durante la época ilustrada. En ese momento fueron eliminados los antiguos símbolos eclesiásticos que portaba por la adscripción de la villa al monasterio de San Victorián de Sobrarbe, y que todavía pueden contemplarse en los escudos medievales del antiguo hospital de la Basílica de la Virgen de la Peña o de la Puerta de Barbastro o Portal de Chinchín. Desde ese momento, el sol, icono de la razón, y un arco con un muro escalonado, figurando la condición amurallada y gradada de la población, se erigen en principales emblemas.

Escudo de Graus en la fachada del Ayuntamiento

La vanguardia. El interior ha sido modificado en varias épocas, pero la reconstrucción más reciente, acaecida entre los años 2001 y 2003, permitió crear un edificio innovador y funcional, lo que le valió el Premio de Arquitectura García Mercadal. Toda la decoración pictórica, realizada por los artistas locales Peña Marín y Aitor Tellechea, es una alegoría del paso del tiempo. En el techo del Salón de Actos se funden el ciclo estacional con el tiempo lineal de la historia de Graus.

Por su perfección de formas y como modelo del Renacimiento aragonés, existe una réplica del Ayuntamiento de Graus en el Pueblo Español de Barcelona, construido en el marco de la Exposición Internacional de 1929.