Entre los personajes más importantes que habitaron esta mansión destaca Vicente de Heredia y Alemán, un ilustrado de finales del siglo XVIII y que fue durante largos años el secretario del Conde de Aranda. Realizó mejoras en las técnicas agrícolas de su tiempo que ayudaron al desarrollo de la zona. También fue un destacado naturalista y pirineista pionero, publicando diversas obras sobre agricultura, botánica y zoología.
Ignacio de Heredia y Alemán, hermano del anterior, fue militar y diplomático, consejero de guerra y Ministro de Negocios Extranjeros en el reinado de Carlos III. En 1783 fue embajador en París.
La restauración. La restauración integral del inmueble, tanto en su interior como en su exterior, ha permitido salvaguardar uno de los edificios más interesantes del patrimonio grausino. La rehabilitación comenzó en el año 2003 y finalizó en febrero de 2008, momento desde el que se convirtió en sede del Consejo Comarcal de La Ribagorza. Los trabajos de documentación y durante la restauración permitieron descubrir la historia escondida tras las pinturas del alero, así como el repertorio pictórico de la fachada.
Detalle de la fachada decorada de Casa Heredia
La fachada. El ciclo gráfico de la fachada se realizó en el primer cuarto del siglo XIX, y está influido por el espíritu de la Ilustración, tal y como atestiguan las vestimentas de los personajes representados en las escenas del alero.
Comenzando desde la primera planta, unas columnas enmarcan los balcones y una guirnalda que parte de una concha flanquea los mismos. En la siguiente planta, separada de la anterior por una falsa cornisa, los paños del paramento se decoraron con paneles con decoración vegetal estilizada.
El alero merece una especial atención. De forma curva y en acentuado vuelo, trata dos temáticas diferentes. En los extremos se representan las alegorías de las estaciones del año, cada una con elementos alusivos a la estación que representan, mientras que en la zona central aparecen, en siete paneles narrativos, la bíblica Parábola del Hijo Pródigo.
Escena del reparto de la herencia (Parábola del Hijo Pródigo). Alero de Casa Heredia
Las pinturas que decoran el flamante alero se atribuyen al último dueño de la casa, Teótimo de Heredia y Abad, y se fecharían dentro de la primera mitad del siglo XIX, según fecha conservada en el lateral del edificio, 1828. Teótimo, aunque militar de profesión, fue un pintor autodidacta, fallecido en Madrid en 1912.
El interior. En su interior destaca la escalera central, que termina en un tragaluz que ilumina todo el edificio. La gran escalera, apoya en columnas de fuste cilíndrico y conserva la antigua verja de acceso al piso noble. La primera planta mantiene los suelos originales realizados en terracota pintada y formando líneas geométricas.
Patio y escalera central de Casa Heredia
La bodega conserva arcadas ojivales que denotan la antigüedad del edificio. En el patio abierto posterior, con salida hacia la calle Barranco, cuatro tótems azules, logotipo de la Comarca, representan a los cuatro ríos principales del territorio: Ésera, Isábena, Noguera Ribagorzana y Baliera.
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